Isla del Sol

Página de la Reserva Municipal de Villa Consitución

Flora y Vegetación

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La reserva Isla del Sol se encuentra ubicada dentro de la unidad E, una de las 11 unidades de paisaje en las que se divide al delta (Malvárez, 1997), caracterizada por su gran dinamismo debido a la fuerte sedimentación y erosión del cauce del Paraná, que genera sucesivos albardones intercalados con áreas deprimidas (espiras de meandro). Los albardones están cubiertos por sauzales, y en menor medida alisales, en la media loma pueden crecer carrizales de Panicum grumosum o P. rivulare y en las partes más bajas dominan los cataysales, verdolagales y canutillares.
Realizando una transecta dentro de la reserva desde el terraplén hacia el centro de la misma, a “grosso modo” podemos observar las siguientes comunidades:
Vegetación del terraplén: a lo largo del terraplén que oficia de camino de acceso principal hay plantados árboles nativos como ceibos (Erythrina crista-galli) y espinillos (Acacia caven) y crecen gran cantidad de especies que son poco o nada tolerantes de las condiciones de anegabilidad y por lo tanto muy raras de hallar dentro de las islas, se destacan especies exóticas como el ricino (Ricinus communis), la mora de papel (Broussonetia papyrifera), el sorgo de alepo (Sorghum halepense) y la caña de castilla (Arundo donax) y entre las nativas asilvestradas el falso cafeto (Manihot grahamii) especie esta muy invasora en terrenos modificados y soleados, la enredadera cabellos de ángel (Clematis montevidensis), el sunchillo (Wedelia glauca), etc.
Sauzal de sauce criollo (Salix humboldtiana): los sauzales abarcan una reducida superficie, siempre sobre los suelos más elevados, a lo largo del terraplén y en los albardones del sector este del arroyo Correntoso y potencialmente su sector oeste y el albardón del arroyo Pavón (aparentemente allí antes crecían bosques, pero habrían sido talados). Los bosques que se encuentran a lo largo del terraplén, especialmente en su sector medio, son los mas extensos, por el contrario los situados a orillas del Correntoso son muy estrechos y de menor superficie.
Los sauzales que el visitante observa al costado del camino principal son sauzales maduros, es decir bosques abiertos con un denso estrato herbáceo y gran cantidad de enredaderas, ya raleados por el paso del tiempo con una altura de unos 12 a 15 m. En el estrato herbáceo abundan la labiada Teucrium vesicarium y la margarita de campo (Aspilia silphioides). Entre las enredaderas es común el jazmín de Córdoba (Solanum amygdalifolium), el mburucuyá (Passiflora caerulea) y la dama de noche (Ipomoea alba) también figuran la cucurbitácea Cayaponia podantha, el tasi (Funastrum sp.), la uva del diablo (Cissus palmata), etc. Hay individuos aislados de mora (Morus alba), pero en la actualidad no representan un problema de invasión grave. En ciertos sectores los sauces son acompañados por alisos de río (Tessaria integrifolia) de importante tamaño, lo que indicaría el futuro reemplazo de estos por sauces.
Los alisales ocupan suelos algo más bajos que los sauzales y en la reserva cubren una superficie muy pequeña, básicamente hacia la margen izquierda del camino, cerca de la entrada. Al igual que los sauzales, también son bosques maduros a excepción de algunos puntos de más activa sedimentación donde están colonizando en escaso número. La altura del alisal cerca de la entrada ronda los 7 - 8 m y por ser bosques más densos que el sauzal su estrato herbáceo es muy pobre, aunque abundan dos enredaderas: la zarzaparrilla colorada (Muehlenbeckia sagittifolia) y el jazmín de Córdoba.
En algunos puntos bordeando los alisales y sauzales y ocupando un área muy pequeña, están desarrollándose varios renovales de curupíes agrupados. Además, entre ambos tipos de bosque y dentro de las partes más luminosas de los mismos es muy común el catay dulce (Polygonum punctatum), especie que, aparentemente, se ve favorecida durante las crecientes de otoño e invierno.
La sucesión vegetal en el Delta Medio y Superior comienza, en los bancos y albardones, con los sauces criollos y alisos de río. En sus primeras etapas estos bosques son muy densos, carecen de estrato herbáceo y son florísticamente pobres. En pocos años comienzan a ralearse naturalmente y al ingresar más luz crece un importante estrato herbáceo y muchas enredaderas. A futuro, el alisal casi con seguridad será reemplazado por el sauzal. Cuando el sauzal entra en decadencia los árboles mueren, a la vez que se depositan más sedimentos y se eleva el nivel del suelo. Este proceso sucesional culmina con el desarrollo del bosque mixto o bosque insular integrado por el timbó blanco (Albizia inundata), el laurel de río (Nectandra angustifolia), el ceibo (Erythrina crista-galli) y el curupí (Sapium haematospermum), comunidad muy rara en la región.
En la reserva, excepto por algunos curupíes y ceibos localizados en las partes más luminosas del sauzal y un único timbó colorado (Enterolobium contortisiliquum), elemento secundario del bosque mixto, hallado en el interior, no existe otra señal indicadora del reemplazo del sauzal por el bosque mixto u otro tipo de bosque.
Bordeando al sauzal le sigue una franja de vegetación diversa con jazmín de Córdoba (Solanum amygdalifolium), a veces formando agrupaciones puras y muy densas, lagunillas (Alternanthera philoxeroides) llegando a ser muy común, matorrales poco densos de acacia café (Sesbania virgata), Solanum pilcomayense, entre otras especies. Algunos sectores están invadidos por el exótico cardo negro (Carduus acanthoides).
Los cataysales ocupan escasa superficie en comparación con el canutillar. Pequeños manchones crecen hacia los bordes del canutillar como por ejemplo de Polygonum lapathifolium, pero sin duda hay varias especies más, agrupándose cada una de acuerdo al gradiente topográfico. Una buena muestra de esta comunidad está localizada hacia la derecha del terraplén yendo hacia el área recreativa Las Calandrias y pasando el sauzal del lado de la ciudad, a manera de franja entre el sauzal y el canutillar y donde queda claramente manifiesta la zonación de la vegetación.
El canutillar de Panicum elephantipes y Echinochloa sp., es la comunidad que mayor superficie ocupa e indica el gran grado de anegamiento que puede alcanzar la mayor parte del área. Forma una vasta pradera verde intenso de hasta 1,5 m de altura. La homogeneidad de esta comunidad y la casi total ausencia de especies acompañantes dan la sensación que los pastos han sido cultivados, ya que son sólo interrumpidos por pequeños matorrales de rosa de río (Hibiscus striatus) y de acacia café (Sesbania virgata). En otoño con las crecientes alcanzan su máximo desarrollo, pero hacia fines de invierno durante las bajantes el canutillar, en teoría, es reemplazado por el verdolagal de Ludwigia peploides, siendo para algunos autores sólo variantes estacionales de la misma comunidad (Lewis y Franceschi, 1979). En otoño cuando P. elephantipes florece es fácil distinguir los manchones de esta especie con los de Echinochloa sp., que una especie u otra domine, al parecer, depende del sustrato. Como acompañantes raros pueden mencionarse al duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum) y la asterácea Erechtites hieracifolia var. cacalioides.
Dentro del canutillar o hacia sus bordes y no siguiendo ninguna distribución aparentemente clara aparecen totorales de Typha sp. y pehuajosales de Thalia sp., distribuidos estos últimos a manera de manchones mas o menos continuos entre sí. Llama la atención que los pehuajosales no son comúnmente mencionados en la bibliografía referida al delta, quizá por ser poco extensos e inexistentes en otras islas. Sin embargo, en Isla del Sol, a pesar de no cubrir importantes superficies, en primavera y verano (en otoño e invierno sus partes aéreas mueren) representan un aspecto llamativo de la vegetación.
Tapizando gran parte de las lagunas figuran los camalotales de Eichhornia crassipes que son desplazados de un lado a otro por el viento, aumentando su extensión durante las crecidas cuando también pueden ser llevados río abajo, por lo cual es posible que su abundancia y cobertura resulten muy variables de año a año. Un extenso camalotal sobre la laguna larga puede observarse desde el mirador “El Aguapé” (nombre guaraní del camalote). Los camalotales representan la primera etapa de sucesión vegetal en sacos (pequeños arroyos o brazos con una sola salida que semejan una laguna pero están conectados con un curso de agua) y lagunas.
Albardones modificados: en la porción norte del albardón del arroyo Correntoso desde hace varios años han sido establecidos 3 asentamientos humanos. Allí el sauzal habría sido casi completamente desmontado, y en su reemplazo abundan Ambrosia elatior, la yerba carnicera (Coniza bonariensis) y la flor de sapo (Jaborosa integrifolia) con algunos toratay (Lycium vimineum) dispersos. En cambio el albardón del arroyo Pavón tendría menor elevación pero se encuentra muy alterado, dado que a lo largo de toda su extensión fueron depositados montículos de barros extraídos del dragado del cauce del arroyo, además a su costado pasa el desagüe cloacal de la ciudad que desemboca en el arroyo Correntoso. Esta especie de terraplén artificial, cuya altura sobrepasa los 2 metros y llega hasta los 7 metros por sobre el suelo original, por su gran elevación muy superior a cualquier albardón natural, probablemente será cubierto por una flora adventicia para el delta.
Es sabido el gran poder de recuperación que poseen las comunidades isleñas ante disturbios antrópicos o naturales. Los procesos de sucesión vegetal se dan en un lapso de tiempo relativamente corto y para ciertas comunidades es posible predecir con bastante precisión su reemplazo.
El listado preliminar de la flora comprende 106 especies (ver anexo), 20 de las cuales son consideradas exóticas para la región y crecen en su mayor parte a los costados del terraplén. A diferencia de lo que sucede en el Bajo Delta o Delta Inferior, en el resto de la superficie deltáica el grado de invasión de especies adventicias es mucho menor básicamente por el mayor anegamiento de las islas.
 

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